Internacionales | 14-10-2010

Todos están en perfectas condiciones



Apenas concluido el rescate de los 33 mineros del pozo de San José en Copiapó, el ministro de Salud chileno, Jaime Mañalich, aseguró: "Todos están en perfectas condiciones".



Antes, durante la tarde, Mañalich afirmó: “Todos se encuentran en estado más que satisfactorio, no nos hemos encontrado con sorpresas. Sólo hay un cuadro de neumonía aguda y en ese caso podría prolongarse su estadía en el hospital”.

El secretario de salud admitió que varios van a ser sometidos a tratamientos dentales “que exigen anestesia, por la magnitud del daño”.

Durante el izamiento desde los 622 metros de profundidad hacia la superficie, todos ellos “presentaron aumento de frecuencia cardíaca y presión”, agregó Mañalich.

“Las cosas van extraordinariamente bien, mejor de lo proyectado”, aseguró el secretario de salud cuando ya se habían rescatado más de la mitad de los trabajadores.

Quienes ya fueron rescatados están en “reposo, en cama, sin necesidad de medicación” y a todos se les aplicó “protocolo de hidratación, suplementos vitamínicos, sales y fosfátos”, dijo Mañalich.

Las autoridades confirmaron que la salud del mayor de los 33, Mario Gómez, de 63 años, es delicada debido a la silicosis, aunque ésta se puede tratar.

Durante el izaje, Gómez “no sufrió complicaciones” e incluso el ministro de Minería, Laurence Golborne, admitió que en su caso posiblemente las precauciones adoptadas al subirlo, como utilizar una mascarilla, fueron excesivas.

Los mineros rescatados que permanecen internados en el hospital de Copiapó están “en buenas condiciones de salud” y se recuperan aceleradamente, dijo Mañalich.

El protocolo seguido establece que todos deben permanecer en el nosocomio por lo menos durante dos días para “ser evaluados por especialistas”.

El ministro Mañalich dijo que incluso el boliviano Carlos Mamani, único extranjero entre los rescatados podría, si quiere, dejar el hospital y viajar a La Paz con el presidente Evo Morales.

“No habría ningún inconveniente”, dijo el ministro.

Los mineros ingresan al hospital en ambulancias que los trasladan desde el regimiento de Infantería de Copiapó, hacia donde son llevados en helicópteros de la Fuerza Aérea de Chile especialmente acondicionados.

Sus habitaciones disponen de cortinas oscuras y vidrios con efectos de polarizado, para evitar daños oftalmológicos.

Mañalich explicó que la iluminación que tuvieron 700 metros bajo tierra equivale a pasar dos meses en una sala de cine. Hasta ahora todos los examinados no han presentado problemas a la piel ni de hongos que pudo provocarles la enorme humedad del fondo de la mina.

También hay mineros que presentan problemas odontológicos, como Víctor Zamora, de 33 años, quien podría ser sometido a un tratamiento intensivo de antibióticos vía intravenosa.

A largo plazo la principal preocupación es el daño psicológico, por lo que los mineros recibirán asistencia durante un período no menor a seis meses.




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