Nacionales | 23-01-2011

Finalizó el paro del campo sin solución al reclamo por el trigo



El cese de la comercialización promovido por la Mesa de Enlace concluyó hoy. Pese a que el Gobierno liberó tres millones de toneladas del cereal para exportación, los agricultores amenazan con nuevas medidas de fuerza



A poco de cumplir siete días sin vender granos, la Mesa de Enlace ya amenaza con continuar las medidas de protesta contra el Gobierno de Cristina Kirchner, con el que mantienen un renovado conflicto desde 2008 por los impuestos a las exportaciones de cereales y oleaginosas.

La que concluyó en la medianoche del domingo es la novena huelga comercial que en los últimos tres años realizan las patronales agrarias, que reúnen a unos 290.000 productores. Ésta vez la protesta apuntó a lograr revertir las distorsiones en el mercado del trigo, regulado por un esquema de subsidios y cupos de venta y exportación.

La medida de fuerza fue anunciada el pasado 12 de enero, horas después de que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, comunicara la liberación de un saldo de tres millones de toneladas de trigo de la reciente cosecha para su exportación. La decisión oficial fue calificada como insuficiente por las patronales rurales, que exigen el levantamiento total de las intervenciones.

Sin embargo, durante la huelga, el Gobierno no dio ninguna señal de que piense introducir cambios en el mercado y, antes bien, tachó al cese de comercialización de "protesta política". Domínguez dijo este viernes que el Gobierno tomó ya "todas las medidas necesarias para defender al productor" y que "no va a entrar en una discusión política" con las patronales.

Los reclamos en torno a la comercialización del trigo se producen en momentos de altos precios internacionales para el cereal y de una cosecha que, según fuentes oficiales y del sector, ascendería a 15 millones de toneladas, frente a las magras 7,5 millones de toneladas de la zafra anterior.

Pero los agricultores aseguran que cobran valores miserables por su producción debido a las distorsiones que las intervenciones gubernamentales provocan en los precios internos del cereal.


Fuente: EFE






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