Mundo | 21-03-2011

Reunión de urgencia del Consejo de Seguridad a pedido de Libia



El organismo se reunirá hoy por la tarde y a puertas cerradas, tras las críticas de Rusia a la resolución adoptada el jueves por la ONU y la negativa de Alemania a participar en las operaciones militares contra el régimen de Muammar Khadafi



La reunión de los diplomáticos coincide con los cuestionamientos sobre la finalidad de la intervención internacional que se desarrolla desde el sábado. Los debates respecto de qué hacer involucran no sólo a los países que participan de los bombardeos, sino también a los críticos de la medida.



Por un lado oficiales del Pentágono se empeñaron en sostener que el propio Khadafi no era un objetivo militar de la operación. Por el otro, Liam Fox, Secretario de Defensa británico, dijo que esa opción podría "potencialmente ser una posibilidad".



El Secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, solicitó al Kremlin que se sume a las acciones militares de la coalición internacional en Libia. Tomó como ejemplo la participación de los rusos en otras fuerzas internacionales, como las que participaron en Kosovo, el Chad o la República Centroafricana.



Sin embargo, las autoridades rusas mantienen una posición sumamente crítica de la intervención, a pesar de haber permitido la aprobación de la Resolución 1973 en la sesión del Consejo de Seguridad. En esa oportunidad, tanto Rusia como China se abstuvieron y evitaron utilizar su poder de veto en el organismo.



"Me recuerda un llamamiento medieval a una cruzada, cuando alguien llamaba a alguien a ir a determinado lugar a liberar algo. Queda absolutamente claro que la Resolución permite a todos adoptar cualquier acción contra un Estado soberano" se quejó el primer ministro ruso, Vladimir Putin.



El jefe de Gobierno ruso reclamó que, a pesar de que el conflicto interno en un país se convierta en un enfrentamiento armado, los demás países no pueden interferir tomando partido por una de las partes.



"Me preocupa, incluso, no el propio hecho de la injerencia armada (hay mucho conflictos armados, siempre los hubo y seguramente los habrá durante mucho tiempo), sino la facilidad con que hoy se adoptan decisiones de utilizar la fuerza en los asuntos internacionales" sostuvo.



Incluso llegó a justificar con este tipo de amenazas a su seguridad, la necesidad de su país de continuar fortaleciendo su capacidad militar defensiva.



Otro de los países que se abstuvo en la votación de la Resolución 1973 fue Alemania. Su canciller, Angela Merkel, anunció que en breve el Parlamento aprobaría el envío de más tropas a Afganistán, donde sí comparte la presencia con los demás miembros de la OTAN.



"El Gobierno federal, el ministro de Exteriores y yo personalmente reflexionamos minuciosamente sobre esa actuación en la votación. La abstención dejó claro que también hay reservas" expresó la jefa de Estado.



El desembarco de nuevas fuerzas germanas en Afganistán permitirá a los aliados focalizar su intervención en Libia. De esta forma, el gobierno alemán logra una colaboración encubierta, evitando el aislamiento frente a sus aliados. Al mismo tiempo, evita el costo político de participar en una nueva operación, frente a la opinión pública local y mundial.




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