Salud | 12-08-2014

Alerta máxima para evitar el ébola



Refuerzan los monitoreos en todos los espacios de ingreso de persona de los países con la problemática. Afirman que el riesgo es menor, pero están atentos.



El viceministro de Salud de la Nación, Jaime Lazovski encabezó ayer, junto con representantes gubernamentales, de organismos internacionales y de instituciones de la sociedad civil, una reunión en la sede de cartera sanitaria nacional para pasar revista a las acciones oficiales previstas ante la eventual aparición de casos de ébola en el país, luego de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara la “emergencia pública sanitaria internacional” por los brotes de esa enfermedad en cuatro países de África Occidental.

Los objetivos de las acciones previstas apuntan a detectar un caso sospechoso con la mayor celeridad posible, evitar la propagación del virus en caso de que ingrese y desarrollar la capacidad de confirmar o descartar la infección por virus de ébola. Durante el encuentro se señaló que, pese a no existir vuelos comerciales directos desde los cuatro países africanos afectados por el brote hacia Argentina, desde la semana pasada ya están en alerta los principales aeropuertos y puertos internacionales y pasos fronterizos del país para detectar posibles casos de personas con sintomatología compatible con ébola.

Si bien el movimiento de personas entre Argentina y los países donde se ha documentado la transmisión de la enfermedad no es frecuente, la potencial vía de introducción del virus en el territorio argentino es el ingreso de viajeros afectados desde zonas con transmisión activa. Además, como parte de los preparativos para la detección de casos, ya se cuenta con un registro anticipado de los barcos mercantes extranjeros que visitarán el país.

Una enfermedad hemorrágica febril
Se considera caso sospechoso a toda persona que tenga fiebre (mayor a 38º); haya tenido contacto con algún caso confirmado de Ébola en los 21 días anteriores a la aparición de síntomas o viajado a regiones de riesgo.

El virus produce una enfermedad hemorrágica febril y los síntomas son notorios y devastadores durante el periodo de incubación.
Tiene una alta tasa de letalidad, que va del 50 al 90% y afecta a personas de todas las edades.

Se propaga mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo o materiales contaminados.




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