Fernández | 27-06-2015

Fernández: Conmoción por desaparición de dos menores del barrio La Loma



Las pequeñas, de 7 y 8 años, se encontraban jugando dentro de un calicanto, a 200 metros de la casa de sus padres, en el Bº La Loma.



Una vecina del barrio La Loma de esta ciudad, se presentó desesperada en la Comisaría 35 -cerca de las 21.30 del jueves- denunciando que sus dos hijas de 8 y 7 años, habían desaparecido del patio de su casa mientras se encontraban jugando, y temía que hayan sido raptadas ya que ese día habían observado a "personas merodeando la zona en motocicletas y automóviles"

La joven madre (identificada como Claudia Valdéz de 32 años) pidió la colaboración a los uniformados al ver que su búsqueda no tenía resultados. Según contó ésta, la última vez que vio a las pequeñas de apellido Garníca, fue cerca de las 20, cuando las hermanitas se encontraban jugando en el patio de la casa.

Rápidamente los efectivos policiales del D.S.C. Nº 8, con los datos aportados, comenzaron a indagar a los vecinos de la zona, pero se dieron con una infinidad de versiones, unas creíbles y otras descabelladas, que indicaban que habían visto un hombre en motocicleta sacando fotos a las pequeñas.

Otros indicaban haber observado, en actitud sospechosa un auto rojo merodeando en el lugar desde horas muy tempranas y otros vieron por última vez a las niñas cuando un ?duende? petiso orejudo con un gran sombrero tomándolas de la mano se introducía con ellas en un monte cercano y, estas versiones se fueron magnificando a medida que corría de boca en boca lo sucedido, alarmando y conmocionando a la población en general.

Pese al sinfín de "datos", la policial comenzó a rastrillar la zona montuosa, lindante con campos cultivados -apoyados con vecinos a pie y otros a caballos- hasta las primeras horas del día viernes, donde encontraron a las niñas refugiadas en un derruido calicanto guareciéndose del frío a tan solo 300 metros de su hogar.

Las niñas fueron trasladas al hospital local, donde personal del servicio de guarida que las revisaron, determinaron que, salvo el susto y el frío, no presentan lesión alguna y que se encontraban en perfecto estado de saludad.

Un final feliz, que echó por tierra la imaginación popular, de un populoso barrio enclavado, entre cultivares de alfalfa y algodón, a tres kilómetros el sur de la "Capital del Agro"




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