Fernández | 08-10-2018

Monseñor Enrique Martínez Ossola presidió la misa en honor a la Virgen del Rosario



La patrona de la Ciudad de Fernández fue venerada por cientos de fieles creyentes frente al templo parroquial en la misa que coronó la novena en honor a la Santa Madre.



Tras 9 días de intensa actividad eclesial, con la misa del domingo culminó la novena en honor a la Virgen Del Rosario Patrona de la “Capital del Agro”. El oficio religioso, correspondiente al día central de la celebración, estuvo presidido por el Monseñor Enrique Ossola Martínez y el Cura párroco local Vicente Avellaneda.

Una multitud de fieles creyentes se dio cita frente al templo parroquial para presenciar la liturgia que contempló la misa del domingo con la posterior procesión que recorrió las calles de la Ciudad y serenata a la Sagrada Madre.



Los presentes escucharon atentamente la homilía del sacerdote quien puso énfasis en la familia y el rol de las madres en el camino de la vida y de la fe, haciendo una reflexión sobre la historia de María madre de Jesús.



“El deseo de toda la diócesis es de trabajar para que Cristo sea conocido por todos, especialmente por los más jóvenes; no alcanza con lo que predicamos en el templo, las plazas o las capillas; hace falta salir a las esquinas, ir a los lugares donde se encuentra gente que no ha oído hablar de Cristo y esa tarea misionera nos toca a todos como familia” expresó el Monseñor Enrique Martínez Ossola.



“En la familia está la bendición de Dios, está el amor de Dios y tenemos que hacernos responsables de la fe de los hijos, acompañándolos en la catequesis y en el camino de la fe; escuchándolos, atendiéndolos; la familia escucha, la familia contiene, enseña, consuela, perdona; tenemos que trabajar mucho sobre nuestras propias convicciones” dijo el sacerdote al hacer referencia a la familia.



El sacerdote citó algunas frases del Papa Francisco respecto a los jóvenes “para que no sean espectadores de la vida, busquen un proyecto de vida, busquen un amigo en Cristo que los ayude a ser felices en serio, no recurran al alcohol, las drogas o las malas costumbres, eso no es felicidad para siempre; recurran a Jesús, quieran a Jesús, escúchenlo y es la tarea que tenemos que tomar todos como comunidades maduras en la fe y contener a aquellos que vienen detrás de nosotros en el camino de la vida para transmitir lo que nosotros tenemos así como lo hizo está mujer con su hijo Jesús cumpliendo con su obligación de esposa y de madre” culminó.




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