Salud | 13-03-2019

Día Mundial del Riñón: cómo prevenir la enfermedad Renal Crónica



El control de los factores de riesgo así como la promoción de hábitos saludables contribuyen a evitar la afección.



El Día Mundial del Riñón se celebra el segundo jueves de marzo de cada año en todo el mundo con el propósito de concientizar sobre la importancia del cuidado de la salud renal.

El Ministerio de Salud de la provincia, recomendó el control de factores de riesgo tales como el consumo de tabaco y el colesterol elevado, entre otras medidas para prevenir la Enfermedad Renal Crónica (ERC).

En este sentido, se recuerda que el menor consumo de sodio en la dieta alimentaria diaria, la ingesta de frutas y verduras variadas, así como limitar hasta cinco las porciones semanales de carnes rojas y blancas, favorecen la protección de los riñones y mejoran la calidad de vida. También destacó la importancia de sumar al menos 30 minutos de actividad física a diario, no fumar y controlar la presión arterial.

Las personas más propensas a padecer la enfermedad renal son aquellas que presentan hipertensión y diabetes, por lo que resulta muy importante la realización de controles para un diagnóstico precoz. También aquellas personas con antecedentes de enfermedad cardiovascular, fumadores, consumidores, sangre en la orina, entre otras.

El diagnóstico puede realizarse en todas las UPAsCAPs y centros de salud pública a través de los programas de la Cobertura Universal de Salud (Proteger, Redes y Sumar), que centran sus esfuerzos en la prevención y el tratamiento de estos factores de riesgo.

Cabe destacar que la detección temprana y el tratamiento oportuno hacen que la enfermedad no avance y se presentes complicaciones cardiovasculares asociadas.

La Enfermedad Renal Crónica es la alteración del funcionamiento de los riñones por más de tres meses y la pérdida gradual de sus funciones. Estimaciones internacionales advierten que más del 17 por ciento de la población mundial mayor de 20 años padece deterioro de la función renal.

Los cuatro primeros estadíos del mal funcionamiento de los riñones no presentan síntomas, por lo que representan un desafío por parte de los profesionales de la salud para el diagnóstico temprano para evitar la Enfermedad Renal Crónica Terminal, que requiere tratamientos de diálisis o trasplante. Esta última fase de la enfermedad acarrea un importante deterioro de la calidad de vida del paciente.




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